Cuando somos pequeños, nos hablan como si fueramos tontos, nos enseñan objetos con colores llamativos y lucecitas para que se nos caiga la baba. Y cuando somos mayores nos sucede lo mismo, pero las consecuencias pueden ser mucho peores.
El viernes decidí tener un día "Deluxe" , de esos que uno mismo debe permitirse de vez en cuando si no quiere deprimirse y tomarse el frasco entero de Tranquimazin pensando en la hipoteca, que te jode cualquier ejercicio de meditación. Asique decidí alquilar una limusina, blanca por supuesto, e irme con mis amig@s al "Casino Gran Madrid" y cenar a todo lujo.
Con la tripa llena y unos vinos, todo se ve de otra manera. Todo estaba brillante y miles de tragaperras y mesas de juego estaban repletas de gente, gentuza, niños pijos y los típicos "japos" mafiosos. Estos últimos eran los más peculiares, con maletines repletos de dinero y sin procuparse de perder miles de euros en cada ruleta seguían apostando su dignidad. Y la verdad, un poco de dignidad nunca está de más.
Yo aposté unos miseros euros desde mi ignorancia, y debió ser la suerte del principiante o que soy un poco bruja, pero en pocas jugadas gané 60 €. En ese momento, la adrenalina recorría mi cuerpo, pero pude parar a tiempo, y meterme en el bolsillo esa pequeña cantidad, con la que por otro lado, podría comer una familia de Ruanda durante dos meses.
Después de haber estado en los casinos de "Las Vegas" tengo que decir, que el nuestro es un poco "zulo" pero que tiene mucha solera de la España profunda, donde igual te encuentras a los "nuevos ricos", a una rubia que fue domadora de leones o al seleccionador de fútbol jugandose el dinero de la Federación. Asique si en la Eurocopa, nos volvemos a quedar en cuartos, es porque alguien se gastó los "cuartos" apostando al 35 negro en lugar de hacerlo por un fútbol de calidad.
El viernes decidí tener un día "Deluxe" , de esos que uno mismo debe permitirse de vez en cuando si no quiere deprimirse y tomarse el frasco entero de Tranquimazin pensando en la hipoteca, que te jode cualquier ejercicio de meditación. Asique decidí alquilar una limusina, blanca por supuesto, e irme con mis amig@s al "Casino Gran Madrid" y cenar a todo lujo.
Con la tripa llena y unos vinos, todo se ve de otra manera. Todo estaba brillante y miles de tragaperras y mesas de juego estaban repletas de gente, gentuza, niños pijos y los típicos "japos" mafiosos. Estos últimos eran los más peculiares, con maletines repletos de dinero y sin procuparse de perder miles de euros en cada ruleta seguían apostando su dignidad. Y la verdad, un poco de dignidad nunca está de más.
Yo aposté unos miseros euros desde mi ignorancia, y debió ser la suerte del principiante o que soy un poco bruja, pero en pocas jugadas gané 60 €. En ese momento, la adrenalina recorría mi cuerpo, pero pude parar a tiempo, y meterme en el bolsillo esa pequeña cantidad, con la que por otro lado, podría comer una familia de Ruanda durante dos meses.
Después de haber estado en los casinos de "Las Vegas" tengo que decir, que el nuestro es un poco "zulo" pero que tiene mucha solera de la España profunda, donde igual te encuentras a los "nuevos ricos", a una rubia que fue domadora de leones o al seleccionador de fútbol jugandose el dinero de la Federación. Asique si en la Eurocopa, nos volvemos a quedar en cuartos, es porque alguien se gastó los "cuartos" apostando al 35 negro en lugar de hacerlo por un fútbol de calidad.
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