Me arde la piel, pero no puedo irme al mar para calmar mi dolor y tengo que meterme en la ducha; y todo por los caprichos del destino y por no tener unos cuantos billetes en el bolsillo. Pero eso no me achanta, es más, me hace ser más grande. Porque cuando el egoísmo de la gente que me rodea crece, también crece mi amor hacia la gente que sí se porta bien conmigo. El mundo da muchas vueltas, y el otro día leí que pronto habrá un giro de bastantes grados. De momento, yo sigo aquí, disciplinado e incansable, con mi ánimo renovado por las adversidades, y sin ninguna duda de que tengo algo especial, algo que mostrarte, algo que me hace diferente y que quiero compartir contigo sólo si tu me dejas y me das un poco de cariño. Porque yo también tengo derecho a mis días malos, en noches como estas, es cuándo más echo de menos tu hombro como soporte de mis lágrimas.
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