
Siempre me ha fascinado la cara de una mujer con un buen maquillaje. Resulta asombroso ver qué facil es borrar marcas, disimular arrugas y cambiar por completo las facciones de una persona si el guión lo exige. Y por fín, me ví involucrado en un rodaje en el que la capa de maquillaje podía más que la dignidad de su protagonista.
Y ahí estaba ella, blanca y radiante cual el colmillo de "Transfer" intentando imperdir el viaje de nuestro querido Willy Fog. ¿Os acordáis de cómo le brillaba, verdad?
Yo me mantuve en un segundo plano, porque ya sabeis que la discercción es uno de mis estandartes... pero como me había hecho la manicura antes de salir de casa (¡no la francesa, que ya no está de moda mamarrachas !) pues llegué al evento sin cutículas pero con ganas de arañar. Debo contar, que me congratuló enormemente, saber que los discípulos que me acompañaban eran partidarios de mi oposición a la farsa, asique multiplicamos los panes y los peces y disfruté de una sobremesa agradable.
Cabe destacar el Sobresaliente del menú. Yo sabía que estaría bien, porque siempre tuvieron especial maña para vender bisuteria convencidos de tener oro en sus manos. Un Notable para muchos/as que aguantamos estoicamente los absurdos besos de compromiso de gente que ni conocíamos. Un bien por tragar saliva a tiempo y contar hasta tres. Suficiente poco gusto tuvieron algunas, que sin tener curvas, pretenden parecer mujeres. Deficiente el interés por los que estuvimos y los que ya no están, pero que gracias a ellos estabais allí. Y Muy deficiente
la transparencia de vuestras miradas.
Si alguna vez quieres el consejo de un experto, debo decirte, que para maquillar tantas malas palabras, gestos impresentables y actos impropios de tu pasado, deberías haberte puesto mucho más maquillaje. Y ahí queda eso porque me sale del coño, y porque cuando fluye mi vena artística, pues tengo que escupirlo. ¡DIGO!
1 comentario:
Que rabia me dan las diplomacias de tercera, aquellas en las que tu interlocutor, inepto por naturaleza, demuestra una sagacidad nula, con la que amontona palabras sin sentido con sonrisa de payaso del retiro. Santa y mala educación nos dieron a los de nuestra generación que nos hacen soportar al payaso de turno envuelto en su maquillaje de ironía.
Un beso guapo
Publicar un comentario